Belleza

ROSÁCEA: EL TEMIDO RUBOR DE MEJILLAS QUE AFECTA AL 10% DE LA POBLACIÓN

Actualmente existen numerosos tratamientos que reducen la sintomatología y alargan el
espacio entre los brotes. Experta recomienda usar productos libres de alcohol, cosméticos
sin perfume y testeados para alergias.


La Rosácea es una patología de causa no precisada que afecta a las glándulas sebáceas y a los vasos sanguíneos de la piel, aparece principalmente en la zona central del rostro, como la nariz, las mejillas, o el centro de la frente. Se estima que afecta alrededor del 10% de la población, siendo más susceptible las mujeres entre los 30 y 60 años.

Por sus características y síntomas, puede llegar a afectar mucho la calidad de vida de quienes la padecen. Enrojecimiento, facilidad para ruborizarse, piel sensible, aparición de granitos y arañas vasculares (telangiectasias), son algunos de los síntomas que sufren las personas con rosácea. Puede acompañarse de sensación de ardor, acaloramiento e incluso prurito o picazón.

Según comenta la dermatóloga Cecilia Orlandi, se ha demostrado una predisposición genética que afecta con mayor frecuencia a personas de pieles claras. “Sus primeras manifestaciones pueden aparecer a temprana edad, incluso se describe en niños, con episodios de enrojecimiento de corta duración, pero repetitivos. Luego se agregan telangiectasias o “capilares rotos o venitas rojas” en la cara principalmente. Se pueden presentar pápulas y pústulas (granitos y espinillas) en cuadros más avanzados e incluso lesiones de gran tamaño denominadas granulomas. Cuando no se trata a tiempo puede ir dejando secuelas cicatriciales, con engrosamiento de las zonas afectadas,
especialmente la nariz dando lugar al rinofima (nariz de Cyrano de Bergerac), pero también en las orejas, el mentón, y otras zonas mucho más difíciles de tratar”, detalla.

Aunque es una enfermedad benigna, a veces no es fácil vivir a diario con ella. “Con frecuencia afecta la autoestima porque la Rosácea afecta mayormente la zona central de la cara con un eritema o rojez marcada que puede confundirse con estados alcoholizados, de vergüenza, calor, bochornos, entre otros. Produce tendencia al aislamiento social y tendencia a la depresión”, aclara la doctora.

Los síntomas de Rosácea pueden ser muy parecidos a los de otras enfermedades como el acné, la dermatitis seborreica y el lupus eritematoso. Por lo mismo, se recomienda pedir la opinión de un especialista para un diagnóstico preciso. “Es bueno consultar a tiempo ya que los tratamientos son muy efectivos, claro que los cuidados deben ser permanentes. Pueden ser a base de algunos antibióticos con propiedades antinflamatorias como la Doxiciclina, crioterapia con nieve carbónica, vasoconstrictores, láser para las telangiectasias”, enfatiza Orlandi.

En cuanto al cuidado de la piel, la especialista recomienda preferir productos sin perfumes y sin alcohol y testeados para alergias. Usar un buen fotoprotector diariamente todo el año, y aprovechar aquellos que tienen color ya que ayuda a que se note menos el rojo. La línea Sensia de Urbio es una muy buena opción para quienes sufre de esta enfermedad”, destaca.

Antiguamente no había conciencia de la importancia que existía de protegernos de los rayos UVA, UVB, de la luz visible y de la luz infrarroja. Esto se ha ido estudiando a lo largo de los años, no solo para prevenir manchas o temas cosméticos, sino que también para prevenir enfermedades en la piel. La industria ha desarrollado diferentes tipos de fluidos, colores y texturas para combinar la protección con otras necesidades de la piel.

Lo más nuevo lanzado al mercado es la línea Sensia, con 4 productos específicos incluso uno especialmente desarrollado para crisis. Reducen rojeces y sensibilidad de la piel, hidrata y unifica pieles con rosácea, único con Complejo BIOKalmé que reduce la rojez, calma y da un confort ideal a pieles sensibles.

Además, la especialista recomienda medidas generales, como alejarse de las estufas y fuentes de calor, no ingerir aliños ni alcohol con el estómago vacío, y evitar los alimentos que la persona detecte como desencadenantes, como por ejemplo comida picante, soya, frutos secos, entre otros.

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