
Ser mamá post 35: ¿es posible sin congelar óvulos y gastar millones en fertilidad asistida?
La ciencia, la sociedad y los datos coinciden en una cosa: las mujeres están postergando la maternidad. Basta con revisar las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) para ver que en 2024 la natalidad en el país alcanzó su mínimo histórico con menos de 9,5 nacimientos por cada 1.000 habitantes.
Ya sea por potenciar el desarrollo profesional, falta de apoyo social, condiciones económicas adversas o simplemente porque no es el momento, cada vez son más las mujeres que se preguntan si podrán ser madres después de los 35 años.
“Aunque la fertilización asistida o criopreservación de ovocitos pueden ser herramientas valiosas para muchas mujeres y parejas, es importante reconocer que no son la única vía para quienes buscan embarazo después de los 35 años. Si bien la edad es un factor, la fertilidad también se sostiene del autoconocimiento profundo del ciclo menstrual, los hábitos que impactan sobre la calidad ovocitaria y el rol activo de la pareja, cuya salud espermática también es determinante en la creación de una nueva vida”, comenta Paula Mella, matrona especialista en salud menstrual y educadora en fertilidad natural.
El boom de la vitrificación: ¿prevención o presión?
La congelación de óvulos —también conocida como vitrificación— ha ganado popularidad en los últimos años. Clínicas privadas la presentan como una suerte de “seguro de fertilidad” que permite “pausar el reloj biológico”, por lo que muchas mujeres lo ven como una forma de ganar tiempo.
Sin embargo, es importante entender que congelar óvulos no garantiza un embarazo a futuro. La probabilidad depende de la edad al momento de la congelación: mujeres menores de 35 años tienen una tasa de éxito de aproximadamente el 40-50% por óvulo descongelado, mientras que esta tasa se reduce al 20% entre las mujeres de 36 años o más. La cantidad y calidad de los óvulos obtenidos también es relevante, y finalmente, para usar los óvulos congelados es necesario someterte a una fecundación in vitro (FIV) en el futuro, lo que implica asumir otro procedimiento médico.
El factor económico: una barrera invisible (pero muy real)
Ahora bien, además de los múltiples pinchazos derivados de la congelación de óvulos, también existe un gran “pinchazo” en el bolsillo.
En países en vías de desarrollo, como gran parte de América Latina, acceder a tratamientos de fertilidad asistida es un privilegio. Los costos pueden superar fácilmente los $4.000 USD solo en congelación, sin considerar los medicamentos, controles y futuros procedimientos de fecundación in vitro. Además, el sistema público no siempre cubre estas alternativas, lo que convierte la maternidad tardía en un lujo para algunas y en una angustia para muchas.
En Chile, por ejemplo, tiene un costo aproximado de entre 2 y 4 millones de pesos y no cuenta con cobertura por parte Fonasa cuando se realiza por motivos personales como la postergación voluntaria de la maternidad, sino que solo para parejas con diagnóstico de infertilidad. Las Isapres, por su parte, reembolsan un porcentaje de los tratamientos de fertilidad, incluyendo la vitrificación de óvulos, pero la cobertura varía según el plan y, en general, no supera el 30% del costo total.
¿Y si volvemos a lo natural?
Aunque la medicina reproductiva puede ser una aliada, buscar el embarazo de forma natural después de los 35 sigue siendo posible. Aquí algunas claves para hacerlo de forma informada y consciente:
- Conocer tu ciclo menstrual: aprender a identificar la ventana fértil y entender los signos de ovulación (temperatura basal, flujo cervical, etc.) puede marcar una gran diferencia. Este registro se conoce como método sintotérmico y es enseñado por educadoras de fertilidad natural certificadas que pueden ayudar a detectar la calidad de la ovulación e identificar signos de desequilibrio hormonal.
- Chequeos hormonales y ginecológicos preventivos: una evaluación temprana puede ayudar a identificar posibles obstáculos (como síndrome de ovario poliquístico, problemas de tiroides o trastornos de la ovulación) y ayudar a trazar un plan de salud personalizado para cada mujer.
- Cuidar la salud hormonal con antelación: Esperar a querer ser mamá para recién empezar a poner atención en el ciclo menstrual o corregir desequilibrios hormonales, puede quitar tiempo valioso. Para evitarlo, es importante trabajar en factores como el sueño, la alimentación, el manejo del estrés y el movimiento corporal, puntos esenciales a lo largo de la vida fértil de toda mujer.
- Evitar el exceso de tóxicos: disminuir o eliminar el consumo de tabaco, alcohol, ultraprocesados y la exposición a disruptores endocrinos es clave para cuidar la fertilidad . Estos últimos son químicos que alteran el equilibrio hormonal y pueden afectar la ovulación, la calidad de los óvulos y el ciclo menstrual, y están presentes en plásticos (como botellas o tuppers), cosméticos con parabenos o fragancias artificiales, pesticidas en alimentos, productos de limpieza, entre otros.
- Incluir al otro en la ecuación: El factor masculino está involucrado -de forma exclusiva o combinada- hasta en un 60% de los casos de infertilidad. La calidad espermática es fundamental para garantizar un embarazo sano, por lo que trabajar también en la salud masculina es esencial para lograr un embarazo sano a cualquier edad.
“El debate sobre la fertilidad femenina tiende a reducirse a la reserva ovárica y a la edad. Sin embargo, entender nuestra ovulación y aprender a cuidar nuestra salud hormonal es algo que realmente puede marcar la diferencia. Si todas tuviéramos acceso a esta información desde jóvenes, llegaríamos a buscar un embarazo con mucha más consciencia, salud y herramientas a los 35 y más allá”, comenta Andreína Guerrero, coach de ciclo menstrual, educadora de método sintotérmico y directora de @hacialaraiz, una escuela para mujeres que buscan entender sus ciclos, además de prevenir o lograr el embarazo de forma natural, efectiva y científica.
Si bien es cierto que la fertilidad femenina comienza a disminuir a partir de los 35 años, eso no significa que un embarazo sea imposible, y tampoco que la fertilidad asistida sea la única alternativa viable. Para más información sobre fertilidad y salud hormonal femenina, visita www.hacialaraiz.com o @hacialaraiz.
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