Millapoa, un testigo de la historia vitivinícola de Chile
Es el recién estrenado exponente de Miguel Torres Chile, elaborado 100% con la emblemática variedad país. Un vino fiel representante de su origen en el valle del Bio Bío, capaz de expresar el valor patrimonial de viñedos centenarios y relevar las más puras tradiciones vinícolas de Chile.
Millapoa es una antigua localidad situada en el valle de Catiray, cercana 20 kms hacia el Norte del pueblo de Nacimiento, en la Región del Bio Bío. Su nombre tiene origen en la lengua mapudungun y significa ”Vientre de Oro”. Es reconocida como un lugar pleno de historia, cimentada en registros inmemoriales que relatan sobre la existencia de un rico lavadero de oro -de ahí su nombre-, descubierto por Martín García Oñez de Loyola, usado como asiento español durante la Colonia y que tenía valor estratégico durante la guerra de Arauco. Y como en todo asentamiento, allí se impuso la vida colonial, consolidándose una unidad económica dedicada a la producción de trigo y al cultivo de vides.
Ubicada en la ribera del rio Bío Bío, frente a la desembocadura del río Huaqui -perteneciente a la ciudad de los Ángeles -, Millapoa tuvo mucha relevancia gracias al traslado de materias primas locales hacia otras ciudades del país. En esa misma época, el vino que se elaboraba en la zona solía ser transportado en fudres de raulí, los cuales flotaban río abajo hasta llegar a Concepción.
Actualmente esta localidad es reconocida por poseer un patrimonio de viñedos muy antiguos – 150 a 200 años de edad – donde se estima que el 98% de las cepas existentes corresponden a la variedad país, y el 2% restante a otras variedades como malbec y carmenere, todas situadas en medio de la cordillera de Nahuelbuta y que durante años han sido trabajados por pequeños productores, siendo la mayor parte de su producción destinada a la elaboración de vino artesanal.
Un vino natural
Es en este escenario épico, donde Miguel Torres Chile da vida a otro de sus más atractivos proyectos, fieles a uno de los ejes fundamentales de Familia Torres: el rescate de variedades ancestrales y el relevo del trabajo realizado por el pequeño viticultor. Y es precisamente en el Fundo El Peumo, en el sector de Millapoa, donde nace su nuevo vino que lleva el mismo nombre. Elaborado 100% de la cepa país, es un exponente exclusivo que proviene de un terruño seleccionado y que se encuentra inundado de parras centenarias, todas conducidas en cabeza y emplazadas en laderas pronunciadas con distintas exposiciones.
“Estos viñedos representan la viticultura especial de la zona, con podas más elevadas ya que el riesgo de heladas es mayor. Dadas las características climáticas y de suelo – mayormente arcilloso y de condición gredosa -, se presenta un entorno idóneo para la producción de uvas”, señala Eduardo Jordán, director técnico y enólogo de Miguel Torres Chile.
Con Denominación de Origen Valle del Bío Bío, Secano Interior, Millapoa país 2019 fue elaborado de manera ancestral, esto es, con fruta cosechada 100% de forma manual, para luego ser molida en zaranda – coligue- y fermentada solo con levadura nativa en fudre de raulí recuperado, un proceso natural y tradicional del vino criollo, a lo cual se suma la experiencia enológica de Miguel Torres Chile para obtener un vino de alta calidad. Seguidamente experimenta una crianza de 10 meses en huevo de concreto sin intervención de madera. Con una elaboración donde hay una intervención mínima y sin uso de sulfitos.
“El clima de esta zona es templado y con precipitaciones de más de 800 mm al año, con una influencia importante del río Bio Bío, lo cual permite obtener temperaturas moderadas en términos de mínimas y máximas. Por eso, los vinos país que surgen de aquí tienden a ser menos frutales, más frescos y complejos en comparación a los que nacen de Itata o Cauquenes.”, indica Jordán.
En nariz exhibe una variedad de aromas que evocan al bosque chileno, a infusiones y frutos silvestres. En tanto en la boca expresa su elegancia, delicadeza y origen, con notas de fruta fresca, hierba dulce y algo terroso. Todo esto, sumado a taninos suaves, un volumen encantador y exquisita acidez, y que lo convierten en un candidato perfecto para sabores rústicos, pero refinados al paladar. Sin duda, un maravilloso compañero para disfrutar junto a una variedad de productos de charcutería.
Millapoa país 2019 de Miguel Torres Chile, tiene una producción limitada de sólo 2000 botellas, está disponible a un valor de $18.900 en el e-commerce de Grandes Terruños www.grandesterrunos.cl y también en la Tienda de Vinos de La Bodeguita Miguel Torres, ubicada en Alonso de Córdova 4280, Vitacura. Para consultas y/o cotizaciones escribir a contacto@grandesterrunos.cl.
La leyenda tras la etiqueta
Millapoa, “vientre de oro” en mapudungún, origen de un nombre que manifiesta la existencia de oro en la zona, y que sería el gatillante de la llegada de los españoles a este territorio a fines del s XVI. Muchas batallas tuvieron lugar en este valle hasta la Independencia de Chile, mismo periodo en donde la producción de vino empieza a crecer sostenidamente. Así el comercio se realizaba principalmente por los ríos de la región, donde los vinos eran llevados hasta los puertos de Tomé y otras localidades cercanas al Bio Bío, esto porque transportarlos por tierra era arriesgado, ya que los comerciantes eran atacados por guerrilleros mapuches, y también porque los caminos se cortaban por las fuertes lluvias. Gran parte de este negocio se realizaba en pequeñas balsas y embarcaciones de remo o vela, y de esta forma evitaban los ataques y las pérdidas eran menores.
Nuestra etiqueta está justamente inspirada en esos productores y comerciantes, quienes impulsaron la producción de vino en un lugar complejo para la época, lleno de desafíos como también de dificultades. Gracias a ellos, muchas parras centenarias siguen vivas, y hoy tenemos la oportunidad de disfrutar un exponente que proviene de un terroir que es considerado un verdadero patrimonio histórico.
Los primeros vinos
Las primeras vides plantadas por los españoles se utilizaban para celebrar la misa, posteriormente se comenzó a producir en mayores cantidades, la cuales eran enviadas por barco a los puertos de Valparaíso y al Virreinato del Perú desde Concepción. La producción de vino en esta zona era en su mayoría de uva país y moscatel, el cual era comercializado en tinajas, sacos de cuero y posteriormente pipas o barriles de madera.
A comienzos del siglo XIX los vinos elaborados en Concepción y Penco gozaban de gran fama, y eran consumidos por la elite del país, su calidad superior se debía a que los vinos de la zona central de Chile eran producidos con abundante riego para aumentar su rendimiento, además de ser adulterados con agua; mientras que en el Sur eran de rulo o secano, es decir, que provenían de viñedos irrigados únicamente por la acción de las lluvias.