
Los riesgos de postergar los buenos hábitos en la alimentación
Expertos advierten que las malas decisiones alimentarias, combinadas con el estrés y la falta de nutrientes, están provocando un alarmante aumento de enfermedades crónicas incluso en niños. Comer saludable ya no es opcional: es una herramienta clave para proteger cuerpo y mente.
En tiempos donde la comida rápida, los snacks ultraprocesados y las rutinas aceleradas dominan nuestro día a día, hablar de alimentación saludable ya no es una tendencia, sino una necesidad urgente. Lejos de ser solo una cuestión estética, lo que comemos impacta directamente en nuestra salud física, emocional y mental. Así lo advierte Octavio Olmos, nutricionista funcional de Cronimed, quien alerta sobre un preocupante aumento de enfermedades que, hasta hace poco, solo se veían en adultos, pero que hoy afectan incluso a niños: “Estamos viendo casos de resistencia a la insulina, hígado graso y problemas hormonales en menores de seis años. Algo no estamos haciendo bien”, enfatiza.
¿La razón? Una mezcla peligrosa entre el exceso de alimentos dañinos, la falta de nutrientes esenciales y un estilo de vida marcado por el estrés. “Vivimos con niveles elevados de cortisol, lo que debilita el sistema inmune y nos deja más vulnerables ante virus y bacterias”, agrega.
Una de las principales equivocaciones, explica el especialista de Cronimed, es el consumo desmedido de carbohidratos. “Pan, fideos, arroz, papas, dulces, comida rápida, que son parte del menú diario de muchas personas”, señala. A eso se suma un malentendido frecuente: creer que, por ser saludable, la fruta puede comerse sin límites. “No hay que olvidar que la fructosa, aunque sea natural, es azúcar. En exceso, puede dañar el hígado y elevar los niveles de glucosa en la sangre”.
Pero alimentarse bien no es sinónimo de restricciones extremas. “Una alimentación balanceada no solo mejora el cuerpo, también tiene efectos positivos en la mente”, destaca Olmos. “El exceso de azúcar, por ejemplo, puede contribuir a cuadros de depresión, fatiga o desgano. Por eso es tan importante mirar qué y cómo comemos”.
Algunos consejos prácticos pueden marcar la diferencia:
– A la hora de servir los platos, priorizar la proteína por sobre los carbohidratos. “Si hay arroz con pollo y ensaladas, que el pollo sea más abundante que el arroz, y que la ensalada ocupe el plato más grande y sea lo más colorida posible”, sugiere.
– No saltarse comidas ni pasar muchas horas sin ingerir algo. “Incluir colaciones saludables entre los tiempos de comida, idealmente con proteínas o grasas buenas, ayuda a manejar la ansiedad y evita los atracones”, añade.
Alimentarse bien no es una moda de primavera ni un objetivo estético. Es un acto de cuidado diario que impacta nuestra calidad de vida, energía, estado emocional y salud a largo plazo. “No se trata de vivir a dieta, sino de aprender a nutrirse conscientemente”, concluye el nutricionista funcional de Cronimed.
También te puede interesar

Colorimetría de la Menstruación: Explorando los Diferentes Aspectos del Sangrado Menstrual
Junio 27, 2024
Cinco consejos para mantener la energía incluso en invierno
Abril 20, 2025