Bienestar

Enfermedades del oído en invierno, ¿cómo combatir las más comunes?

El 10% de los adultos presenta alguna forma de obstrucción del oído, causa principal de sus múltiples males que se manifiestan con fuerza en los meses más fríos del año.


Las bajas temperaturas, los cambios bruscos de frío a calor, el estar sin poder salir, pasar meses en espacios cerrado, el uso de implementos como audiófonos y la limitación de visitar a un otorrino, entre otros factores, pueden afectar la salud de nuestros oídos. Además, en esta época del año, nuestras defensas suelen estar más bajas, lo que nos deja más expuestos a las infecciones y, es muy común que los oídos sufran las consecuencias.

¿Cuáles son las enfermedades de oído más comunes en invierno? ¿En qué síntomas debemos fijarnos? ¿Cómo prevenir? ¿Qué cuidados tener? Aquí te lo contamos.

PICOR

El enemigo número 1 de nuestros oídos son los cotonitos, ya que no solo actúan introduciendo de vuelta la suciedad que se cree remover al usarlos, sino que también pueden causar traumatismos, perforación de membrana timpánica, infecciones e -incluso- retención de fragmentos del propio algodón.

La mala costumbre de un exceso de limpieza, principalmente introduciendo cotonitos en el canal auditivo, o la falta de higiene dejar que el cerumen se acumule en exceso, va a provocar picazón e irritación, generando una dermatitis en la piel del oído.

CERUMINOSIS

Muchas personas piensan que la cera del oído es algo sucio, desagradable o innecesario, y tratan de eliminarla a diario, pero está ahí por un motivo. El cerumen es una secreción normal que todos tenemos. No es mugre, no es basura; es una secreción que mantiene el conducto auditivo bien lubricado y con un pH más bien ácido que actúa como barrera para prevenir infecciones y la proliferación de bacterias en el oído.

Nuevamente, al usar cotonitos interferimos en el proceso natural de la expulsión del cerumen que se da junto con la descamación natural de su conducto auditivo, introduciéndolo nuevamente al interior del oído. Y estos tapones son los más difíciles de sacar, ya que quedan impactados al fondo del del conducto auditivo en una zona muy sensible.

Pese a que la cera es una defensa natural del oído, cuando hay en exceso y se entorpece el proceso de autolimpieza del canal auditivo, hay que eliminarlo ya que pueden aparecer molestias como dolor, picazón, sensación de oído tapado, tinnitus o acúfenos, hedor, tos y hasta pérdida en la audición, pues el cerumen acumulado y comprimido ejerce una presión que impide que las ondas sonoras lleguen fácilmente a la membrana del tímpano.

Una opción de tratamiento es Otiblock, producto en formato spray que ayuda a eliminar la acumulación de cerumen en el canal auditivo a través del peróxido de hidrógeno. Se aplica en el conducto auditivo externo y las burbujas del líquido rompen la cera de los oídos en pequeños fragmentos que se eliminan solos.

OTITIS

La infección de los oídos es uno de los problemas más frecuentes y genera un dolor que puede ir desde intermitente a constante, o de agudo a punzante. La desagradable otitis es causada por un virus o bacteria que genera acumulación de fluido detrás del tímpano y lo inflama. También puede ser provocada por acumulación de cerumen o exceso de humedad, ya que eso favorece el desarrollo de bacterias u hongos. La otitis se presenta bruscamente, suele ser de corta duración, pero debe tratarse para aliviar dolores y síntomas asociados como fiebre y supuración.

Aquí, algunas recomendaciones sencillas para mantener la buena salud de nuestros oídos y estas desagradables enfermedades a raya que suelen manifestarse más en invierno:

  • Nunca uses cotonitos ni introduzcas elementos externos en el canal auditivo.
  • Siempre seca bien tus oídos después de la ducha.
  • Mantenlos protegidos cuando debas exponerte a temperaturas bajas usando orejeras o gorros de lana.
  • Come sano, principalmente alimentos que fortalezcan las defensas y el sistema inmunológico y que sean ricos en vitaminas A, B, C, E omega 3 y potasio. Los más recomendables: frutas, verduras, cereales, legumbres, huevo, lácteos y carnes.
  • No descuides ningún resfriado ya que al hacerlo corres el riesgo de que termine en una infección de oído.

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